¿Qué pasa cuando queda tanto por vivir y nada podemos anticipar? La duda del porvenir hace que la vida tenga muchos sabores, dulces para el que es más optimista y cree que todo lo que vendrá de alguna manera u otra los llevará a la felicidad, amarga para el piense que su destino no está en sus manos y que por lo tanto hay pocas probabiliddes de que sus sueños se formalicen entre las miles que podría tener una vida.
Entre estos dos polos hay diversos preceptos, pero lo único cierto e impostergable en esta vida es que algún día llegará la muerte. Todo el sufrimiento que llevan nuestras frustraciones deviene en que no hay mucho tiempo para realizar nuestros anhelos. Sufrimos tanto en el hecho de que perdimos a un una pareja, porque las probabilidades de que vuelva son escasas. Si fuéramos inmortales daría lo mismo la pérdida, porque si dejamos pasar el tiempo es muy probable que de alguna u otra forma terminemos realizando todas nuestras aspiraciones. Quizás lo único que le de sentido a la vida sea la misma muerte.
Lo cómico es que se nos olvida que somos meros mortales. Por eso nos gastamos la vida en MEDIOS y no en FINES. El mejor trabajo, la mejor casa, ser reconocidos, acumular dinero, la belleza a toda costa. Y la pregunta que se escurre por nuestras sienes es ... ¿Y para qué?. ¿Donde está el fin de todo esto? ¿A qué se quiere llegar si al final nuestro cuerpo yacerá petrificado y encerrado, y la casa y el dinero no tendrá utilidad alguna?.
Para los más optimistas... existe un Dios que nos regala una vida posterior... ¿y cómo se llegará a ella? a través de FINES, nunca a través de MEDIOS. Esos fines son el AMOR y el CONOCIMIENTO. Amor es fuente de vida, de unión y de esperanza. Conocimiento ayuda a entender de la dinámica que se juega en la vida. Los que se acuerdan que no somos inmortales son aquellos que han tenido un contacto con la muerte, a partir de ahí miran la vida con otro cristal y no pierden el poco tiempo que queda.
Quería compartirlo contigo...
Desde aquí te ofrezco mi apoyo, mi compañía, mi amor.
Te quiero.
